Pero pónganse a pensar que este resultado está en un promedio de 2,5 lt y esto es lo que prácticamente perdemos al día. Así que aquí no nos estamos hidratando de verdad sino solamente reponiendo líquido.

Y aunque el número puede resultar excesivo, nuestra ingesta de agua debe estar entre los 3 y 4 litros.

Antes de explicar cómo tomar más agua, voy a dejar claro el tipo de agua más saludable, para no perder el esfuerzo o contaminar el cuerpo.

Hay diferentes tipos de agua, pero la mayoría es tratada con cloro y flúor y pierde muchos de sus minerales originales. Por ejemplo, yo no recomiendo la Tap water o agua del grifo, porque esto envenena los órganos, les resta energía y crea las condiciones perfectas para producir enfermedades.

El problema con el agua de la llave es que puede traer cientos de parásitos y contaminantes, ya sea por el estado de la tubería o porque tal vez el agua fue tratada con cloro.

Un agua muy completa es la que proviene de los manantiales porque es pura y conserva todas sus propiedades, su pH de 7 la hace neutra, es decir ni ácida ni alcalina. Pero como no es fácil tener un manantial a la mano, voy a mostrarles una opción viable y más saludable.

El agua alcalina, es decir la que tiene un pH más alto, es más saludable porque favorece la regeneración celular, la eliminación de toxinas y ayuda a combatir enfermedades como: insomnio, hiperacidez gástrica, diabetes, entre otras.

El agua alcalina se puede obtener a través de filtros ionizadores especiales o se puede subir a través de un método casero muy sencillo que ya te voy a mostrar.

Lo único que debes hacer es llenar una jarra con agua hervida, agregar media cucharadita de bicarbonato de sodio, tapar y agitar vigorosamente. Recuerda agitarla bien antes de cada toma.